Hace 30 años el "mensajero de la paz" llegó a Honduras con sus palabras de aliento, amor y serenidad.
Visita de Juan Pablo II a Honduras, el 8 de marzo de 1983. El Heraldo.hn
Fue recibido en la capital con alfombras de aserrín, arcos de flores y pancartas, por una multitud que explotó de alegría con su visita.

"Tú que eres la Madre de la paz, haz que cesen las luchas, que acaben para siempre los odios, que no se reiteren las muertes violentas. Tú que eres Madre, enjuga las lágrimas de los que lloran, de los que han perdido a sus seres queridos, de los exiliados y lejanos de su hogar; haz que quienes pueden, procuren el pan de cada día, la cultura, el trabajo digno. Porque no se puede invocar a la Virgen como Madre despreciando o maltratando a sus hijos", dijo Juan Pablo II en la eucaristía que celebró en honor a la Virgen de Suyapa en el Santuario que lleva su nombra.
Saludo del Papa Juan Pablo II a los fieles hondureños. El Heraldo.hn
Esas palabras que pronunciara el 8 de marzo de 1983 siguen teniendo vigencia hoy y tal vez con más fuerza.

Juan Pablo II arribó al aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa a las 9:00 AM en un Boeing 727 de la aerolínea Sahsa, acompañado por el Secretario de Estado, Cardenal Agostino Cassaroli, y el sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, Monseñor Eduardo Martínez Somalo.
Los alrededores del Santuario de Suyapa abarrotados para ver al Papa Juan Pablo II. El Heraldo.hn
Besó el suelo hondureño y luego recorrió las calles de Tegucigalpa en su "Papamóvil", mientras los fieles le saludaban y esperaban su bendición.

Miles de personas se congregaron en los bulevares y alrededores del Santuario para verlo. El Cardenal Óscar Andrés Rodríguez recuerda que entonces fue el encargado de preparar la visita y "terminada la Misa, estaba previsto el regreso por el actual bulevar Suyapa y la calle central de Palmira, que estaba adornada bellamente desde la noche anterior. Pero la seguridad del Estado dijo que había peligro en un lote baldío que estaba incendiado y ordenaron la ruta alterna, que era nada menos que la actual colonia San Miguel que no tenía calle pavimentada".

"En pleno mes de marzo y sin ninguna lluvia el polvo era sofocante. Los guardias Suizos que vestían un traje azul impecable, llegaron blancos a la Nunciatura, con polvo hasta en las cejas y las pestañas. Llegados a la Nunciatura, el Santo Padre quiso hablar a la gente desde el balcón, para resarcir en parte a los que estaban frustrados, porque no había podido pasar frente a sus casas", comentó en un escrito hace algún tiempo.

Luego, el Santo Padre se desplazó a San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras, donde también saludó a los feligreses.

Su visita histórica tiene especial significado este viernes, a cuatro días de que inicie en el Vaticano el cónclave que elegirá al nuevo papa,  tras la renuncia de sucesor Benedicto XVI.

Fue la primera vez que un Papa pisó tierras catrachas y fue también Karol Wojtyla quien invistió a Óscar Andrés Rodríguez como cardenal.

El alto honor concendido a un hondureño hace crecer en el corazón de los católicos una esperanza de que un hijo de estas tierras pueda ser proclamado un día el sucesor de Pedro.
www.elheraldo.hn