La muerte de un pescador hondureño en el Golfo de Fonseca ha alterado las relaciones entre Tegucigalpa y San Salvador hasta el punto de que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, podría no asistir a la investidura del nuevo gobernante salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, el 1 de junio.
Hernández supedita su asistencia a la toma de posesión de Sánchez Cerén a que El Salvador aclare la muerte de un pescador hondureño en un incidente en el que otro resultó herido que se registró el pasado 16 de mayo en aguas hondureñas, según las autoridades de Tegucigalpa.

Los dos pescadores faenaban a dos millas del municipio de Amapala, jurisdicción de Isla del Tigre, departamento de Valle, en el Golfo de Fonseca, en el Pacífico, cuando fueron embestidos por una patrullera de El Salvador, asegura el Gobierno de Honduras.

Las autoridades de Honduras han denunciado el hecho a la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA).

En el incidente falleció el pescador Luis Antonio Requeno, de 18 años, mientras que su compañero Juan Carlos Elvir, de 25, resultó herido.

Honduras ha pedido en principio al Gobierno de El Salvador una "investigación binacional", además de una solicitud en ese mismo sentido a la ONU y la OEA.

El Gobierno hondureño también le está pidiendo por enésima vez a El Salvador que termine de cumplir con la demarcación de la frontera entre los dos países, definida por un fallo de la Corte Internacional de Justicia del 11 de septiembre de 1992.
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