Por:  Ricardo Salgado | Hemos entrado ya al mes de abril; el gobierno neoliberal de las transnacionales y los grupos facticos del país avanzan hacia sus primeros cien días. Como era de esperarse, todo lo que ha cambiado ha servido para empeorar las cosas, mientras el show mediático permanente mantiene oculta la verdadera situación de Honduras. La economía no se recuperará en 2014, y los índices de inseguridad y violencia, aun maquillados no van a mejorar en absoluto.
Todo esto tiene una razón clara, estamos recibiendo dosis letales de la ponzoñosa estrategia neoliberal que los políticos vernáculos ni siquiera tratan de entender; simplemente lo aplican a pie juntillas, sin valorar los resultados, ni los supuestos falsos que para ellos han sido premisas. Por otro lado, la falta de estudio, y la cacareada capacidad para gobernar de la derecha está basada en la ignorancia y en costosas asesorías que los resultados muestran absolutamente inservibles.

Sin embargo, el modelo y las políticas gubernamentales si le sirven bien a un grupo reducido de familias que intensifican su dominio sobre la porción que las transnacionales les dejan para sí, algo así como la carroña que queda a las hienas de la presa. Asimismo, nos arrastran a situaciones peligrosas para satisfacer los intereses geoestratégicos del reino de las transnacionales, operado por los guerreristas de Washington.

La fórmula de los fogones, las láminas, el cemento y la policía militar, muy sencilla para una población sumida en las carencias más terribles que haya conocido, no sirve para cambiar la ruta catastrófica, y esta vez no se trata de un simple fatalismo, ni falta de comprensión de la realidad, lo que vemos en Honduras es un experimento terrorífico de lo que en breve pasara a ser el nuevo tratamiento para los países que se consideran inútiles; pasaran a la administración privada, en pequeñas o grandes porciones.

Las masacres de jóvenes de los sectores más empobrecidos no son casualidad; se trata de una politica clara que lleva a cabo el Estado, eterno violador de los derechos humanos, pero que no es creación propia. Nuevamente la falta de estudio, y la manipulación de los datos llevaron a los tecnócratas de turno a predecir un envejecimiento de la población que pronto daría masas ingentes de mano de obra barata, y la responsabilidad de los gastos en salud y educación bajarían como consecuencia de la drástica reducción de nacimientos; esto está plasmado en el Plan de País aprobado en 2010.