El Gobierno de Honduras rechazó hoy la protesta que hizo el de El Salvador luego de que militares hondureños izaron la bandera de su país en la isla Conejo, que reclaman ambas naciones, y calificó las “nuevas pretensiones” del vecino país como “infundadas y artificiosas”.
Mireya Agüero
La canciller hondureña, Mireya Agüero, expresó su “rechazo” al reclamo del Gobierno de El Salvador sobre los actos celebrados el pasado domingo en la isla Conejo, un peñón de menos de un kilómetro cuadrado en el Pacífico que es reclamado por ambos países centroamericanos.

La cancillería de El Salvador indicó el lunes en un comunicado que remitiría una “nota de protesta al Gobierno de Honduras por la realización indebida de un acto en la isla salvadoreña Conejo, en el marco de la conmemoración de los 192 años de la Independencia Centroamericana”.

Además, señaló que en la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de 11 de septiembre de 1992 “en ningún momento se cuestionó la soberanía de El Salvador sobre la Isla Conejo, ni la pertenencia de esta al territorio salvadoreño”, agregó la nota oficial.

La isla Conejo, de menos de un kilómetro cuadrado, se localiza en el golfo de Fonseca, región que Honduras y El Salvador comparten con Nicaragua. Agüero recordó en la carta que la isla Conejo “no estuvo en disputa” en la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) durante el conflicto limítrofe entre Honduras, El Salvador y Nicaragua.

Destaca además que El Salvador “pretendía de modo indirecto apropiarse de la isla Conejo” al solicitar a la CIJ la revisión del sector de Goascorán, solicitud que fue desestimada en 18 de diciembre de 2003. Agüero dijo que Honduras “acepta, cumple y honra” la sentencia que emitió la Corte Internacional en septiembre de 1992, con la que puso fin a un conflicto limítrofe.

El fallo de la Corte dio a Honduras la soberanía sobre la mayoría de territorios en disputa, pero la posesión de la isla Conejo es reclamada por El Salvador, lo que los hondureños rechazan. Honduras también subraya que “no debemos temerle a la ejecución plena de las sentencias judiciales de tribunales competentes a los que hemos sometidos voluntariamente nuestras controversias”.
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