Una vistosa fuente luminosa de 16 chorros, una imponente escultura de San Miguel Arcángel, patrón de Tegucigalpa, y una alfombra de mosaicos adornan la histórica plaza Los Dolores, convirtiendo este espacio público, que años atrás fue un escenario del comercio informal, en uno de los rincones más vistosos del casco histórico capitalino.
Uno de los mayores atractivos es la fuente de 16 chorros que cuenta con un juego de iluminación y funcionará tres veces al día, por medio de un sistema computarizado que controla el bombeo, lanza agua de forma vertical y el agua vuelve a entrar en la misma boquilla. 
De la misma manera no pasa desapercibida la estatua de San Miguel Arcángel, que le pone un toque especial a este lugar, conocido también como Plaza de la Cultura, elaborada en bronce, hierro y cobre y colocada sobre una base de concreto gravineado, rodeada de jardineras a los cuatro costados.
Esta plaza es un área bastante transitada por ser la conexión de diferentes calles para los vecinos de Buenos Aires, La Leona, Barrio Abajo, asimismo para los capitalinos y turistas que visitan la iglesia Los Dolores, los centros de venta de souvenirs que hay a sus alrededores, así como el mercado que se encuentra a un costado de la plaza.

Los historiadores y cronistas de la ciudad, convergen por sus investigaciones al señalar que los primeros habitantes españoles de Tegucigalpa se instalaron en el sitio que hoy conocemos como Los Dolores levantando para los oficios religiosos, una ermita muy próxima a donde habían construido los primeros ranchos para vivir. Aquella iglesia con ciertas mejoras, desafió a los años por mas de un siglo, hasta que se coloco la primera piedra para su construcción, en 1732, fue construida a instancias del presbítero Don Juan Francisco Márquez, pero no se concluyó sino hasta 1812, debido a los esfuerzos de los vecinos pardos. 
Su arquitectura consta de un edificio singular de gran valor simbólico en la historia religiosa y cultural de Tegucigalpa. Uno de sus mas relevantes detalles arquitectónicos es su fachada principal. Esta es de un gran estilo barroco, con un cuerpo central y dos torres laterales. Su fachada es bien sobresaliente y de gran interés visual por su policromía, por sus detalles decorativos y esculturas en terracota vidriada. Es por eso que es única en su género.
La iglesia de la Virgen de los Dolores en Tegucigalpa demoró en construirse casi 80 años (1732-1812). Su refinada decoración, interior y exterior, de estilo barroco, provoca por igual la admiración de las personas entendidas en arquitectura como la de las que no son fuertes en la materia. 
Se sabe que arquitectos mexicanos ayudaron en la construcción de la iglesia. Se cuentan leyendas acerca de que entre esta iglesia y la catedral de San Miguel en la Plaza Morazán y otras iglesias y monasterios hay pasos subterráneos en los que hasta el día de hoy existen escondites con oro y piedras preciosas. Los tesoros fueron escondidos por curas españoles que desconfiaban de la población local. 

Fuentes:
www.latribuna.hn
www.tiwy.com