Cuero y Salado es una maravilla, un lugar que nos alienta a creer y cuidar nuestros recursos naturales y saber promoverlos. La gente, su flora y su fauna nos invitan a disfrutarla.

El refugio de vida silvestre Cuero y Salado ubicado a 191 kilómetros de San Pedro Sula no tiene nada que envidiarle a los grandes países de América del Sur cuando en Honduras, la belleza forestal y silvestre es realmente exquisita y sorprendente.
El atardecer es una de las mejores exhibiciones visuales de Cuero y Salado. Foto: La Prensa.hn
Estrellas de Hollywood como Michael Douglas y su esposa Catherine Zeta-Jones han sido huéspedes de Cuero y Salado.

El clima tropical hace sintonía perfecta con la enorme vegetación de la zona que comprende unas 37,225 hectáreas de terreno protegido desde 1987 cuando fue nombrado oficialmente refugio por las autoridades nacionales tras ser presentada la propuesta al Congreso Nacional un año antes.  

El sitio es escenario perfecto para que cualquier persona realice una expedición o día de campo con su familia o amigos; incluso, para investigaciones de vida silvestre.

La aventura comienza en la comunidad de La Unión, El Porvenir, en Atlántida, muy cerca de la ciudad de La Ceiba. Allí un pequeño tren, que es lo único que queda del Ferrocarril Nacional,  traslada a todos los que buscan una comunión con la naturaleza.
El pequeño tren viaja durante 35 minutos para llegar de La Unión a El Porvenir. Foto: La Prensa.hn
El tren tiene dos vagones con capacidad para 40 personas, embellecida con pintura de aceite y flores hechas con botellas recicladas. En temporadas altas, como diciembre, los viajeros utilizan el vagón del motorista para no quedarse esperándolo de nuevo, pues solo viajan tres a cuatro veces durante el día y el viaje dura unos 35 minutos. El precio del viaje cuesta 200 lempiras ida y regreso; quien llega tarde debe pagar 100 lempiras de recargo.

Durante ese tiempo, la vista es impresionante. El verde de la vegetación predomina en el entorno y vuelve el clima fresco a pesar que estar a 35 grados. También se puede observar el ganado de las fincas aledañas y algunas casas donde confeccionan instrumentos y artesanías garífunas.

Al bajarse del diminuto medio de transporte, el visitante se impacta por el hermoso río salado. En este hermoso afluente habita el manatí o león marino que está en peligro de extinción tras la caza ilegal.

El refugio está dirigido por el ingeniero forestal Anuar Romero que lleva cuatro años y medio  promoviendo y realizando investigaciones en la zona.

Él es el encargado de mostrarle a los turistas todos los encantos y misterios del refugio y desde antes de realizar el recorrido en tren, Romero ya atiende y guía a los visitantes.

A pesar del calor y la humedad, las cabañas son un refrescante lugar para descansar.

Los primeros habitantes de Salado Barra colocaron ese nombre al lugar porque el majestuoso río que se encuentra allí no es completamente dulce debido a su unión con el mar que está a dos kilómetros de la comunidad. Con el tiempo, la caza de manatíes provocó que los cueros de este flotaran en dicho río, por lo que a la comunidad ubicada a 10 kilometros de Salado le bautizaron con el nombre de Cuero. 

Sin lugar a dudas, la parte más extrema y emocionante de la estadía es el recorrido en lancha por todo el humedal compuesto por el río Salado y el bosque que le rodea. Desde las ocho de la mañana, los guías que trabajan en el refugio ofrecen un recorrido con dos a tres horas de duración por más de seis kilómetros de agua y bosque, atravesando los canales que posee y disfrutando de toda la diversidad animal y vegetal que casi siempre solo vemos por televisión.
El majestuoso humedal cautiva a todos los visitantes que llegan cada año a Cuero y Salado. Foto: La Prensa.hn
Varias especies de aves residen en el refugio, entre las que destacan el ibis blanco, paloma mareña, perico, halcón, torrejas, bujajas, cigüeña americana y gavilán pesquero.

En los canales del río, donde los árboles de un extremo a otro se conectan formando un techo que obstruye la luz, se pueden escuchar fuertes gruñidos que fácilmente podrían confundirse con caninos, pero se trata del mamífero más común de la zona: el mono aullador. Su piel completamente negra y su reducido tamaño le permite tener una agilidad para moverse en árboles y conseguir las semillas que necesita para alimentarse.

La conservación de este tipo de ecosistema y los animales como iguanas, venado cola blanca y manatí son la ardua tarea de las autoridades.

Fuente: La Prensa.hn