Es Oymyakon, el pueblo más frío de la Tierra, en Siberia oriental, donde la temperatura baja a -65.4 grados, pero en Honduras, en La Esperanza, Intibucá, hay un pequeño poblado con 50 familias que soportan por la madrugada hasta -3 grados centígrados.

En la aldea Buenos Aires, El Pelón, el sol no basta. Uno, dos o hasta tres abrigos son inútiles para mermar las gélidas temperaturas que empeoran con el paso de las horas. Para un habitante de tierras cálidas como San Pedro Sula o Choluteca, vivir 24 horas en estas condiciones podría ser mortal (si no va preparado).

Según el departamento de Pronósticos de la Comisión Permanente de Contingencias, cuando faltan unos minutos para las cinco de la mañana se pueden sentir en la zona temperaturas casi de congelación. Comienzan a bajar justo a las 5:30 de la tarde, cuando el sol se pone en el sur de este cerro, que es además el más elevado de Intibucá y uno de los más altos del país.
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