La ley electoral hondureña no deja la información de encuestas durante el último mes de campaña. Esto genera en el país medioamericano una ola de chismes obviamente dirigidos que buscan hacer considerar a los potenciales votantes –votar no es obligatorio en las primarias hondureñas- que sus candidatos tienen la elección en el bolsillo. Lo más factible es que los “catrachos” se llevarán una extrañeza cuando sepan el 18 de noviembre siguiente, quienes se perfilaran como triunfadores.

Por: Sergio Martínez Casterot

El marketing electoral está de moda. Prestigiosas universidades, medios de altos estudios, fundaciones e instituciones ligadas a las descomunales tendencias ideológicas mundiales como los Republicanos, la Democracia Cristiana o la Social Democracia, dictan seminarios y congresos para compartir las recetas del éxito electoral. Estas conversaciones de gurúes internacionales enormemente lucrativas por verdadero, abundan en power points y casos de éxito que buscan modificar de parecer a mañanas mecenas de la política y potenciales candidatos a una cuota de poder de cualquier tamaño, para ser contratados.

El color de la camisa (hay que adquirir muchísimas docenas de estas), la sonrisa blanca y perfecta, un himno lacrimógeno, la familia feliz, frecuentes baños de pueblo, comida autóctona hasta el hartazgo y bailes folclóricos que aguardan en cada esquina a los ansiosos candidatos, son el común denominador de las tácticas que se venden hasta por Internet. Como no, hay que hacer focus groups y escoger tres, solo tres, iniciativas electorales para prometer a la gente. Y jamás hay que pelearse con un periodista bajo el alto peligro de ser malamente mencionado en una nota o peor aun, no ser mencionado.

Lo verdadero es que estas campañas habituales son enormemente caras ya que se respaldan para alcanzar su masividad en incontables de spots de televisión y radio de gran sintonía. Lo verdadero es que en los recientes años los descomunales triunfadores de las campañas políticas latinoamericanas han surgido de la aparente “nada”, proyectados al firmamento político por componentes del pueblo que solo el pueblo entiende. “Sin camiones y sin millones” como dijera el ex Mandatario peruano Belaúnde Terry, irrumpen de ipso facto en el escenario político… los no políticos. ¿Cómo lo hacen? Con excelentísimas campañas.

El común denominador es la sencillaza. Usan el lenguaje y los códigos de la gente. Explotan al máximo su condición de No-Políticos y el hecho de ser gente como uno. Ninguna vez olvidemos que el pueblo detesta a los políticos y aguarda los procedimientos electorales para hacérselos estar al tanto de y golpearlos con la fuerza de sus votos. Candidatos que se acercan con naturalidad a los ciudadanos, sin vehículos blindados ni guardaespaldas tienen más eventualidades. Candidatos que escuchan antes que prometer tienen más eventualidades. Candidatos austeros aunque imaginativos en sus formas de hacer campaña, tienen más eventualidades. Claro que tienen que prometer llegadas a los enredaciones de la comunidad, aunque su énfasis está en conectarse emocionalmente con las personas.

Un dechado actual es el que analizamos en San Pedro Sula, en el norte de Honduras. Políticos tradicionales y respetados en campañas perfectas aunque habituales quedan de ipso facto pasmados ante la irrupción de un muñeco de espuma en las calles que les roba la atención y el cariño. Y no es solo uno, son decenas, tal vez centenas de estos muñecos que multiplican la presencia de un candidato opositor hasta lo inimaginable. De ipso facto la prensa desea entrevistar al muñeco, la radio y la televisión lo persiguen con entusiasmo y ni se hable la gente en las calles; los niños lo nombran su amigo y lo desean. El muñeco solo dice YO AMO SPS, que es un tipo literal del I LOVE NY, así de sencilla y así de grande. Los políticos de siempre, desconcertados, tratan de hallar el ángulo de agresión al personaje cuando de ipso facto aparece el verdadero hombre tras la figura del monigote animado y capitaliza el entusiasmo. ¿Qué tenemos?

Tenemos un último candidato haciendo una campaña diferente, más inteligente, más económica, más conectiva y eso le encanta a la gente. Y no solo eso, es factible que ipso facto tengamos tras el muñeco mentado, a una reciente autoridad municipal en San Pedro Sula sencillamente porque optó por la ruta perfecta, el del no político, la ruta del pueblo harto de los mismos. Al cierre de esta nota, cuando ya era prohibido divulgar encuestas, “El Doc” que así se llama el muñeco, peleaba ya la punta de la elección con un desconcertado ex viceministro.